On Thursday morning, I met with a group from the Diocese of Oregon called the Commission on Ministry. They were interviewing me for my next step toward ordination to the priesthood, and they asked me questions about my job, about my schoolwork, about what kind of person and priest I want to be.
But what they really wanted to hear about was my journey of faith. They were asking where in my life I had met Jesus.
And I thought, of course, about the Road to Emmaus.
El jueves pasado, yo me reuní con un grupo de la Diócesis de Oregon que se llama la Commission on Ministry. Me entrevistaron para el siguiente nivel en el proceso de ordenación sacerdotal, y me preguntaron sobre mi trabajo, mis estudios, y qué tipo de persona y cura yo quiero ser.
Pero lo que quisieron entender más que nada era mi travesía de fe. Me estaban preguntando dónde en mi vida yo había conocido a Jesús.
E yo pensé en el camino a Emaús.
Ask me about meeting Jesus on the road in my own life, and I will usually try to tell you a nice story. A story that makes me sound great. It will be about a transcendent experience I had in church, or a moment where I served another person and saw the face of Christ.
But my greatest moments of knowing the power and love of God through Jesus Christ actually haven’t been like this at all. They are not the times when I see Jesus from a mile off and go running into his open arms. Instead, they’re the times when I bump into him on the road, but I don’t recognize him right away.
Pregúntame sobre mis encuentros con Jesús en mi propia vida, y usualmente, yo trataré de decirte una historia bonita, en que yo parezco muy devota. La historia será sobre una experiencia transcendental en la iglesia, o un momento en que yo serví a otra persona y vi la cara de Cristo.
Pero en verdad, mis momentos más importantes de saber el poder y el amor de Dios por Jesucristo no han sido así. No son los instantes en que veo a Jesús y corro a sus brazos. En vez de eso, son los momentos en que me topo con él, pero no lo reconozco inmediatamente.
The moments when I’m overwhelmed and feel like I can’t do anything right. The moments where I’m lying awake in the middle of the night, regretting the past and worrying about the future. These moments come when I lose my temper and say something mean. They come when someone I love is sick and all my prayers don’t seem to be making them any better.
Those are the times when my eyes are kept from recognizing Jesus. Like the disciples, even when I see him, I just stand still, looking sad.
Son los momentos en que me siento inundada y creo que no puedo hacer nada bien. Los momentos en que me mantengo despierta a la medianoche, llena de arrepentimientos sobre el pasado y ansidedad sobre el futuro. Estos momentos llegan cuando pierdo la paciencia y digo algo horrible. Llegan cuando alguien que yo amo está enfermo, y todas mis oraciones no pueden hacerle sano.
Esos son los momentos en que algo me impide darse cuenta de quién es Jesús. Como los discípulos, aún cuando yo lo veo, sólo me detengo allá, triste.
And when Jesus finally makes himself known to me, it’s not in the warm and fuzzy way that I want him to. Instead, I hear him calling me “foolish” and “slow of heart.” It doesn’t feel all that great.
But, of course, he doesn’t show up just to call me stupid. He’s saying: —Yes, you were foolish not to trust me. And yes, you were slow of heart not to think that I would be here for you. But I’m here now. Everything will be okay.
Y cuando Jesús finalmente se revela a mí, no es de la manera dulce y simpática que yo quiero. En lugar de eso, me llama “tonta” y “lenta.” En esos momentos, no me siento fantástico.
Pero, por supuesto, no me abandona después de llamarme “lenta.” Él me dice: —Sí, eras tonta cuando no confiaste en mí. Y eras lenta cuando no pensaste que yo estaría aquí para tí. Pero ahora estoy aquí, y todo será mejor.
The times when I don’t recognize Jesus are the times when I need him the most. And he knows it. When he goes out to find the heartbroken disciples, he meets them exactly where they are. He may call them out on being a little foolish, but he tells them everything they need to know. By the time he vanishes, they realize that their hearts have been burning within them all day. Even when they couldn’t see Jesus for who he was, he was there for them all along.
Los momentos en que no reconozco a Jesús son los momentos en que yo necesito a él más que nada. Y Jesús lo sabe. Cuando busca a los discípulos desconsolados, se reune con ellos en su situación actual, y les dice todo que necesitan saber. Cuando eventualmente desaparece, se dan cuenta que el corazón les ha ardido todo el día. Aún cuando no podían reconocer a Jesús, estaba con ellos en cada momento.
When we walk our own road to Emmaus, it can feel lonely and dark, and Jesus can feel very far away. It is my prayer that in those most desolate moments, the veil will be lifted from our eyes, and we will feel our hearts burning with the knowledge that Jesus is always ready to meet us on the road, every step of the way.
Cuando caminamos en nuestro propio camino a Emáus, puede parecer aislado y oscuro, y puede parecer que Jesús está muy lejos. Mi oración es que en esos momentos más desolados, veremos claramente, y nos daremos cuenta que el corazón nos arde con el conocimiento que Jesús siempre está listo para reunirse con nosotros en el camino, en cada momento de la travesía.
Amen.
Caterina "Cat" Healy, May/Mayo 4, 2014
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